En el artículo anterior hablé sobre la sensación de ser incomprendidos, frecuente en las PAS, relacionándolo únicamente con las conductas que suelen tomar ante la intensidad de los estímulos que perciben a través de los cinco sentidos.
Hoy, quiero centrarme en la variable emocional.
La elaboración cognitiva de la estimulación, a nivel tanto consciente como inconsciente, tiene como resultado esos estados que llamamos emociones. Y, aunque existen diferentes clasificaciones de las emociones, las básicas son seis: alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y aversión.
Me parece interesante aclararlo porque, en el habla cotidiana, suele utilizarse el concepto de sensibilidad para referirse a una persona que se conmueve fácilmente, muchas veces hasta las lágrimas, al experimentar alegría o tristeza. Y cierto es que no podemos pasar por alto el resto de las emociones al hablar de la Alta Sensibilidad ya que, quien posee el rasgo, experimenta a todas ellas con gran intensidad.
Tener esto en cuenta te va a ayudar a comprender un poco mejor el perfil de las PAS. Por ejemplo, tienen la tendencia a asustarse con facilidad. Es más frecuente con los ruidos fuertes, como una sirena de policía o ambulancia, una explosión, un grito. Sin embargo, también suele suceder en el día a día con situaciones que, desde la visión de una no PAS, no lo ameritan. Son situaciones en las cuales, aunque la persona sea consciente de que se encuentra acompañada por otras, supongamos en su casa o en su lugar de trabajo, si alguien le habla o toca de repente mientras está distraída o concentrada en una tarea, es muy probable que se sobresalte.
Otro ejemplo que se puede nombrar es la angustia, impotencia o rabia que suelen provocarles situaciones de injusticia. Por ello, es común que muchos eviten ver los noticieros. Simplemente, los sucesos dolorosos que se transmiten no pueden resultarles indiferentes y, lo menos que le va a ocurrir, es que terminará con un nudo en la garganta y dedicándole un gran tiempo de reflexión a aquello que ha visto. Por este mismo motivo, suelen también evitar ver películas violentas o de terror porque, aunque se trate de ficción, las emociones que le despierta son experimentadas de modo similar.
Por otra parte, la gran capacidad de empatía es otra característica de las Personas Altamente Sensibles. Ya sea mientras entabla una conversación uno a uno, ya sea al reflexionar sobre causas sociales, su tendencia a ponerse en el lugar del otro lo lleva a experimentar las emociones de los demás casi como si fueran propias.
Algo que suele sucederles frecuentemente es que su estado emocional sea fácilmente influenciado por el de otras personas. Y esto podría estar relacionado con esta característica de conectar profundamente con las emociones ajenas. Asimismo, se encuentra que muchas PAS tienen la tendencia a desear ayudar al otro. Sucede que si alguien está sufriendo ella lo siente y, si hay algo que puede o cree que puede hacer por él, intentará ayudarlo.
De esta manera, encontramos que la gran empatía tiene consecuencias positivas y otras que, si la persona no ha aprendido a manejar correctamente, pueden llevarla a encontrarse envuelta en situaciones que le exigen más de lo que puede dar o en las que, simplemente, no se ha pedido su colaboración. Esto puede llevarle a sentirse exigida por demás, insuficiente, rechazada o no valorada y, a fin de cuentas, incomprendida.
Por este motivo, resulta importante conocerse a uno mismo, saber cómo uno responde en distintas circunstancias y, sobre todo, cuáles son los propios límites y aprender a respetarlos.
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