Hay situaciones en la vida que nos llevan a preguntarnos: ¿Y quién soy en realidad?, ¿qué o quién será para mí?, ¿cómo será mi futuro?, ¿será que aún no encuentro mi camino?
Pero estas preguntas parten de una base que nos puede hacer entrar en un bucle de búsqueda interminable, donde las respuestas parecen nunca llegar.
Ante este tipo de encrucijadas, se nos presentan dos caminos:
Uno es el que recorremos cuando no conocemos nuestras herramientas o no tenemos claridad en cuanto a nuestros deseos. Cuando esto sucede, los patrones predeterminados que llevamos dentro deciden por nosotros, llevándonos a crear y recrear las mismas experiencias una y otra vez, aún con diferentes personas, aún en diferentes contextos.
El otro camino es el que recorremos a través del autoconocimiento: conocimiento de nuestras habilidades y de aquello que nos supone desafíos; también, y sobre todo, de cuáles son aquellas cosas que nos iluminan el alma.
Por eso, creo que no se trata de encontrarnos, sino de crearnos.
Porque, en realidad, nos creamos y recreamos continuamente. Creamos nuestra vida a cada paso que damos, con cada decisión que tomamos, y con las que no tomamos también.
La diferencia está en si lo hacemos desde el lugar de la repetición inconsciente o si lo hacemos desde un lugar de claridad y libertad.
Por eso, mi propuesta tanto en los artículos de este blog como en el espacio terapéutico, es el camino del autoconocimiento.
Pero es necesario transitarlo de manera consciente, ya que requiere de paciencia, respeto y amor hacia uno mismo. No es fácil, no es rápido, y no tendría por qué serlo.
Cuando mantenemos presente que se trata de un proceso y que el objetivo es la libertad, el equilibrio y el bienestar propio, llegamos a la conclusión de que es un viaje que nos merecemos emprender y que nos permite disfrutar más del día a día.
¿Sabías que la investigación científica ha encontrado que las PAS pueden extraer mayor provecho de experiencias y proyectos de intervención enfocados en desarrollar una mayor resiliencia?
Y esto no es de extrañar si recordamos las cualidades que caracterizan el rasgo de la Alta Sensibilidad. Tu facilidad para reflexionar en profundidad y captar los detalles importantes, tu pensamiento complejo que te permite contemplar numerosas variables, tu intuición acerca de tus propias necesidades, tu creatividad para encontrar nuevas soluciones, son sólo algunas de las cualidades que te brindan la seguridad de crear los resultados que deseás. ¿Te has encontrado repitiendo experiencias negativas?, ¿sentís que las circunstancias terminan eligiendo por vos?, ¿creés que podrías estar siendo limitado por tus propios patrones?, ¿a veces pareciera que estás en un callejón sin salida? Si en algún momento sentís que algo de esto te sucede, no te quedes en la sensación de frustración o limitación; por el contrario, recordá los beneficios que te brinda la Alta Sensibilidad para comenzar a crear la historia que deseás.