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Diciembre y las Fiestas. Cómo transita esta época del año una PAS.

Actualizado: 18 ene 2020


Diciembre suele ser un mes diferente, por lo general, bastante movido para muchos. En principio, la organización de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, así como las reuniones de despedida de año con amigos o compañeros de trabajo, son eventos que provocan un cambio en nuestra rutina.


Asimismo, el comienzo de las vacaciones, sean de verano o de invierno, especialmente para quienes tienen niños, completan el panorama para que este sea un mes que moviliza muchas emociones internas.


El cambio en la rutina y la suma de compromisos fuera de la misma, de por sí, ya suelen provocar un aumento de la sobreestimulación en las Personas Altamente Sensibles. Esto no significa que no se disfrute de esta época del año, sin embargo, implica la contemplación de numerosas variables y la toma de decisiones que pueden requerir un extra de nuestra energía.

Según el país en el que nos encontremos, las circunstancias y las costumbres varían, pero pensemos en algo que se nos presenta en común a la gran mayoría: la organización de las Fiestas de Navidad y de Año Nuevo.


A modo de ejemplo, pensemos en los diversos interrogantes y tomas de decisiones que surgen con más frecuencia: ¿con quiénes pasaremos cada una de las fiestas?, ¿en qué hogar?, ¿qué comida prepararemos?, ¿qué ropa usaré?, ¿cómo iré y volveré de la reunión?, ¿qué regalos compraré para Navidad? Y, desde aquí, toda una serie de acciones que giran en torno a las mismas, como el hecho, algunas veces controversial para las PAS, de salir de compras a locales concurridos.


Ante estas circunstancias, te sugiero centrarte en tu propio bienestar al momento de prepararte para estos eventos. Querer contentar a todos no sólo va a aumentar tu ansiedad, sino que sabemos que no es posible. Confiar en tu propio criterio y tener presente que has hecho lo mejor que has podido, puede ayudarte a sentirte más tranquilo. Por de pronto, lo principal es que puedas disfrutar de estas fiestas y relajarte en esta época del año, para lo cual es importante que lo puedas hacer, dentro de lo posible, con quienes vos desees, a tu propia manera y a tu propio ritmo.


Todo esto en cuanto a organización de nuevos eventos y cambios en las rutinas. Sin embargo, hay otros sucesos que pueden movilizarnos a un nivel más profundo, desencadenando diferentes emociones, a veces de una manera más consciente, otras, un poco menos.

Y es que el hecho de estar finalizando un año y por comenzar uno nuevo, puede llevarnos a hacer un repaso de las experiencias vividas en estos meses.


Por una parte, es común reflexionar sobre las metas que nos propusimos y la medida en que pudimos o no cumplirlas. En caso de que te haya resultado difícil concretar tus objetivos, te sugiero que no te angusties. Por el contrario, te resultará útil preguntarte qué es lo que ha sucedido. Los motivos pueden ser tan diversos y variados como cada experiencia personal. Pero si hay una tendencia general en muchas personas, es la de autosabotearse en la consecución de las propias metas. Si considerás que esto es lo que te está sucediendo, podés proponerte para este nuevo año trabajar, justamente, con esta tendencia, y así comenzar a cambiar la forma de manejar tus circunstancias y todo aquello que implica poder cumplirte.


Por otra parte, en este repaso de lo vivido a lo largo del año, pueden aparecer recuerdos de aquellas circunstancias que han cambiado en nuestras vidas. Muchas personas habrán continuado con su ritmo más o menos habitual, pero muchas otras pueden haber vivido pequeños o grandes cambios. Si este último es tu caso, te sugiero lo siguiente.


Es importante que tengas presente que, en eventos claves como es el caso de estas fiestas, las diferencias de un año a otro pueden hacerse más notorias y, aunque a toda persona estas diferencias pueden movilizarlas, a las PAS en particular los cambios nos conmocionan un poco más. Sean estos cambios positivos o negativos, como lo puede ser la llegada de un nuevo integrante a la familia o, por el contrario, la pérdida de un ser querido, es importante saber que serán situaciones que estarán presentes en nuestra mente y corazón. Por lo cual, es probable que estés más sensibilizado en esta época, seas o no consciente de los motivos. Entonces, permitirte vivir tus emociones sin culpa, sean cuales sean, te abrirá paso no sólo conocerte mejor, sino también a darte el valor y el cuidado necesario.


Por último, te propongo que te regales un momento antes de finalizar el año para hacer introspección y reflexionar sobre las experiencias vividas, y que a esta actividad la lleves a cabo desde la perspectiva del “agradecimiento”. Para ello, puede serte útil anotar en papel todo aquello que te vaya surgiendo. Sé que si has vivido experiencias dolorosas podrías preguntarte qué hay para agradecer de ello. Si esto te ha sucedido, te invito a que te permitas sentir y atravesar ese dolor, esto es realmente necesario. Al mismo tiempo, te resultará productivo pensar en el aprendizaje que podés extraer de estas experiencias, que son las que más nos enseñan, así sea el hecho de ser más consciente de todo aquello que hoy sí tenés, de esas personas que hoy sí están e, incluso, atreverte a plantearte nuevas metas y proyectos para el nuevo año que comienza. Por supuesto, todo lo vivido, especialmente las circunstancias dolorosas, pueden transformarse en impulso para vivir nuevas y gratificantes experiencias.


Te deseo unas Felices Fiestas, en las que puedas permitirte disfrutar a tu manera, y que comiences el año con nuevos sueños por cumplir.


Un gran abrazo para vos.




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