Alguna hermosa casualidad de la vida te llevó a encontrarte con las palabras "Alta Sensibilidad" o "Personas Altamente Sensibles".
El contenido que las acompañaba resonó en tu interior y comenzaste a buscar más información. Hiciste el test, su resultado fue positivo.
Quizás, aún así dudás de identificarte con esta definición. Incluso, puede que hayas encontrado este contenido acompañado de la palabra "don" y te haga ruido: "No creo que se trate de mí, aunque todo coincide, no tengo nada que se parezca a un don...".
Tal vez, aún andes en estas deliberaciones al momento de leer este artículo. Mi deseo es darte algunos consejos que pueden guiarte.
En primer lugar, ¡bienvenid@! Para la mayoría de las PAS resulta realmente enriquecedor saber que lo somos. Tan sólo saber que "no somos los únicos", que no somos "raros" o, al menos, nuestras rarezas tienen un fundamento y que, además, podemos sacar muy buen provecho de nuestra sensibilidad, nos brinda un alivio difícil de explicar.
La vida puede haberte dado muy duro hasta hoy y, aunque todos te digan que tus experiencias no son para tanto, yo te entiendo y te creo. Sí que te ha dado duro, y mucho. Nacer en una sociedad que te pide constantemente inhibir tu naturaleza sensible, que te incita a mostrarte indiferente a tantas cosas que te movilizan inevitablemente, en la que se enojan o se burlan de vos si mostrás tu vulnerabilidad, en la que a veces se aprovechan de tu buena voluntad, en donde los ritmos son tan acelerados y la información es tanta pero tanta... no es fácil, claro que no. Eso, para empezar. Y si, además, has pasado por experiencias dolorosas o traumáticas a lo largo de tu vida, de esas que no le pasan a la mayoría, es comprensible que la vida se te haya hecho pesada.
Quiero decirte que a partir de hoy podés comenzar a respirar más tranquil@. Sentir intensamente es legítimo, (¡sí, está bien y es normal!), y no sólo para sufrir, también podés disfrutar mucho, más que la mayoría de las personas, de las pequeñas cosas que condimentan la vida.
Si hace poquito que conocés sobre el rasgo, lo primero que te recomiendo es no empezar a aclamarlo a viva voz (si ya comenzaste a hacerlo, no te preocupes, más adelante lo hablaremos). Muchas veces, el entusiasmo ante este descubrimiento es muy grande y con razón. Sin embargo, por lo general, el acogimiento de esta noticia por parte de quienes nos rodean no suele ser, en una primer instancia, la que esperamos. El rasgo aún no es muy conocido, por lo que puede que no lo reciban con la seriedad que realmente tiene. Además, es común que quienes más nos aman sean, justamente, quienes lo reciban con más recelo y con varios cuestionamientos. Esto es comprensible si lo pensamos desde la perspectiva que, al presentarnos con ciertas diferencias innatas respecto al otro, esas diferencias puedan ser percibidas como amenazantes, posibles creadoras de distancia y anunciantes de cambios por venir en la relación.
Por estos motivos, lo aconsejable es que primero te informes bien acerca de qué trata el rasgo y lo vayas procesando y asumiendo internamente para que, cuando lo cuentes, lo puedas hacer de forma más serena, autoconfiada y empática. Asimismo, para que cuando pongan en cuestionamiento algo, puedas explicarlo con claridad y referir a los estudios científicos que lo avalan. Si en tu caso ya lo diste a conocer en tu entorno y no encontraste la comprensión que deseabas, podés seguir los consejos previos de información y volver a tocar el tema en algún momento oportuno con una actitud diferente.
Hacé uso de tu intuición y elegí aquella/s persona/s que puedan llegar a ser más comprensivas para compartir tu descubrimiento. Y, cuando decidas hablarlo con alguien que no lo sea tanto, es preferible pensar bien antes de qué manera vas a abordar la situación, con qué intención y con qué palabras. Cuando ese otro "poco comprensivo" es alguien muy importante en tu vida, como tu pareja o tus padres, por ejemplo, es aconsejable realizarlo de la mano de un coach especializado en Alta Sensibilidad, porque cuenta con las herramientas para ayudarte a vivir esta experiencia de una manera enriquecedora para la relación y con el apoyo necesario.
Lo segundo que te recomiendo es no tomar el rasgo como una etiqueta sobre la cual descansar, sino como una explicación para comprenderte y empezar a cuidarte mejor. Durante mucho tiempo has estado buscando una explicación a lo que te sucede, a la incomprensión que encontrás a tu alrededor y por qué a veces sentís que "el mundo te viene grande" (como muchos PAS expresan)... ¡Y acá está! Es un buen momento para empezar a hacer un productivo y satisfactorio proceso de reconciliación con vos mismo y con el mundo, comenzar un trabajo de cuidado propio y, también, para pensar en la posibilidad de conocer otros PAS, ¿por qué no?
En cuanto a la información, te recomiendo los siguientes libros:
- "Personas Altamente Sensibles". Autora: Karina Zegers de Beijl.
- "Alta Sensibilidad. Vivir desde el Corazón". Autora: Karina Zegers de Beijl.
(Para adquirir los dos anteriores, podés dirigirte al siguiente página: https://www.personasaltamentesensibles.com/tienda/)
- "El Don de la Sensibilidad". Autora: Elaine N. Aron.
Y en video:
- Documental "La Sensibilidad al Trasluz" (clic aquí)
- Película "Sensitive: The Untold Story" (se puede comprar o alquilar online, está traducido a diferentes idiomas y se puede adquirir en la siguiente página: http://sensitivethemovie.com/)
¡Mis mejores deseos para vos en esta nueva etapa!
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